Podría decirse que la pandemia, además de una lista bastante extensa de consecuencias sanitarias, sociales y económicas, también dejó un par de lecciones. Entre ellas destaca el valorar la salud y encontrarse protegido ante eventuales enfermedades, en especial luego de más de un año de hablar de internaciones, consultas y estudios.
En ese sentido, es considerable el porcentaje de la población que, por no contar con la cobertura de alguna de las obras sociales más convenientes (generalmente derivadas de relaciones laborales en blanco o beneficios jubilatorios o pensiones) se inclinan por contratar los servicios de cobertura de empresas de medicina prepaga.
Lo que se está observando actualmente es que muchas familias realizan consultas y búsquedas por cambiar sus planes médicos ya que, si bien no pretenden quedarse sin cobertura, los precios de los planes no han parado de subir y se están tornando un peso importante en los presupuestos teniendo en cuenta que, como siempre, los salarios acostumbrar ir por detrás de los incrementos en los precios.
La mala noticia es que para este año, y comienzos de 2022 ya se encuentran agendados nuevos incrementos. Los mismos fueron aprobados el pasado julio por la Superintendencia de Salud, luego de tensas negociaciones entre el Gobierno nacional y los representantes de las empresas de medicina prepaga.
Aumentos en las prepagas: se van a sentir incluso en 2022

De esta forma, en lo que va del año se fueron aplicando una serie de aumentos consecutivos y acumulativos sobre el valor de la mensualidad: 9% en el mes de agosto, 9% en septiembre y otro 9% más que impactó ya en las cuotas de octubre. Pero eso no es todo, la Superintendencia también habilitó un incremento del mismo porcentaje (9%) a comienzos de enero del año que viene, por lo que en total los abonos de medicina prepaga se incrementarán en un 41%.
Este aumento no es menor y su impacto en la población es considerable teniendo en centa que el sistema de salud privado, sobre el cual la medicina prepaga tiene injerencia, se encarga de atender al 70% de los pacientes del país, es decir, a 32 millones de personas aproximadamente.
En realidad, si se analizara la suba de tarifas en el período comprendido entre marzo de 2021 y enero de 2022, habría que sumar los incrementos aplicados en marzo (3,5%), abril (4,5%) y mayo (5,5%), lo que termina arrojando un aumento superior al 61% en menos de un año.
Obviamente las compañías justifican su demanda por actualización de las cuotas, y en parte con razón, en el hecho de que son muchos los precios que se han visto modificados y que tienen que ser soportados por aquellas, argumentando que esto las iba desfinanciado.
A pesar de utilizar este razonamiento como herramienta para exigir los incrementos, el mismo no carece de sustento: en lo que respecta a medicamentos, por ejemplo, los mismos vienen aumentando por encima del promedio de la inflación, según informó la Unión Argentina de Salud (UAS). De hecho, para ciertas drogas, los aumentos de los últimos seis meses ya acumulan el 140%.